En los últimos meses nos han dejado dos buenos amigos y colaboradores del grupo de investigación, ambos, agentes medioambientales de excepcional valía.
Pedro Gamo, como le gustaba firmar en sus reportajes periodísticos era un enamorado de su tierra, el Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima. Dedicado las 24 horas de su tiempo a su trabajo, fue un excelente conocedor del Calar del Mundo. Falleció el pasado mes de agosto con tan sólo 48 años, casi en acto de servicio y plena madurez profesional. Atrás quedan sus escritos y sus fotografías, pero sobre todo, el recuerdo de un excelente colaborador y mejor persona.
Manolo Balsalobre era un personaje singular, de voz potente y gran sentido del humor. También tenía su lugar de trabajo, Sierra Espuña, como filosofía de vida. Siempre estuvo para lo que hiciera falta, y nos acompañó casi hasta los últimos confines del Parque. Excelente fotógrafo y persona polifacética. Este mes de octubre falleció de manera inesperada, sin avisar.
De Pedro y Manolo nos queda el recuerdo de dos grandes colaboradores, que fueron claves en nuestro trabajo en los Parques de los Calares del Mundo y de Sierra Espuña y que sobre todo, llegaron a ser dos buenos amigos.
Hasta siempre.
